Hoy suena casi a mester de juglaría, pero hubo un tiempo, hace décadas —no tantas, en realidad—, en el que a los teléfonos les ocurría lo contrario que ahora: tenían mucho de phones y poco de smarts. Si querías un dispositivo “inteligente”, uno con herramientas que te ayudasen a organizar tus contactos y evitar que se te olvidase el cumpleaños de tu primo o esa cita de última hora del miércoles con el dentista, tenías otra herramienta: las Personal Digital Assistant (PDA).
Si los años 90 y la primera década de los 2000 te pillaron con la edad adecuada —eso y con dinero suficiente en el bolsillo— probablemente las recuerdes perfectamente. También que hubo un tiempo en el que hablar de PDA era casi sinónimo de hacerlo de Palm, una de las marcas sin la que a duras penas puede entenderse la tecnología de consumo de hace 20 años.
Palm es un ejemplo magnífico de los cambios acelerados que experimentó la tecnología de los 90 y la primera década del siglo XXI y, de paso, de cómo algunas crónicas empresariales de Silicon Valley poco tienen que envidiar al guion de Juego de Tronos, con ventas, escisiones, reencuentros, rupturas, años dorados y caídas en el olvido, desapariciones y renacimientos.
Pionero por partida doble
En el caso de Palm nos queda una lectura curiosa: fue pionera de las PDA y los smartphones y sus dispositivos pueden considerarse casi el eslabón perdido entre ambos. Cierto, no fue la primera, ni la única —el Organiser de Psion data de 1984—, pero logró una fama indiscutible.
La más compleja que larga historia de la compañía arranca en 1992 de la mano de Donna Dubinsky, Edward Colligan y sobre todo de Jeff Hawinks, su auténtico “padre” y quien antes había acumulado una importante experiencia en las filas de la compañía GRiD Systems. A principios de los años 90 Hawkins había desarrollado PalmPrint, un programa de reconocimiento de escritura a mano, y se embarcó en el proyecto de Zoomer con las multinacionales Tandy, Casio y GeoWorks.
La experiencia de Zoomer fue compleja y el dispositivo se vio forzado a pelear contra el Newton de Apple; pero aquello no disuadió al equipo de Palm del potencial de los asistentes digitales portátiles. Tras dar forma a Graffiti e integrarse en USRobotics, en marzo de 1996 la compañía lanzó su primera PDA: la Palm Pilot, un producto que le permitía aunar su propio hardware y software y que con el tiempo convertiría a la marca lanzada por Hawkins en casi un sinónimo universal de PDA.
Pilot y los primeros dispositivos de Palm eran cómodos, prácticos: cabían perfectamente en una mano y podían guardarse con facilidad en el bolso o un bolsillo. Disponían además de 128 KB de memoria (Pilot 1000), capacidad que subía a 512 KB en el Pilot 5000. Como señala Low End Mac, ejecutaban Palm OS 1.0 y tenían una pantalla de 160×160 píxeles. Aquella mezcla convenció y durante sus dos primeros meses la compañía consiguió vender unas 10.000 Pilots.
Fue el pistoletazo de salida para lo que estaba por venir: a lo largo de los años siguientes a aquel primer modelo le siguieron la PalmPilot Personal y Professional, Palm III, V, VII, VX, IIIc, Palm m100, Zire… Los técnicos de la empresa desarrollaban nuevas versiones mientras Palm ganaba fama y poco a poco mejoraba sus prestaciones, con más memoria, rapidez, comunicación por infrarrojos e inalámbrica, baterías extraíbles e incluso pantallas a color, con la Palm IIIc en 2000.
Los productos de Palm ganaban adeptos. Su gama se reforzaba en prestaciones, atractivo —quizás recuerdes la carcasa de aluminio de la Palm V— e incluso perfilaba la política de precios, adoptando decisiones como reducir costos en Zire mediante una pantalla monocromática y sin retroiluminación. También mejoraba su sistema, que con el Palm OS 3 empezó a ofrecerse a otros fabricantes.
En las oficinas de Palm, sin embargo, había tantas novedades como en su catálogo.
Con el cambio de milenio Palm se convirtió en una empresa independiente con cotización en bolsa y solo dos años después, en 2002, establecía una subsidiaria para desarrollar y comercializar su OS, PalmSource. Sin embargo el cambio de mayor calado sucedió probablemente a mediados de 1998, cuando Hawkins y Dubinksy acordaron hacer las maletas, renunciar y fundar una nueva compañía: Handspring. ¿El motivo? La decisión llegó tras varios encontronazos por el rumbo que estaba tomando la empresa bajo la dirección de 3Com, la firma que había adquirido USRobotics.
Handspring —que con el tiempo acabaría convirtiéndose en uno de los principales licenciatarios de Palm OS— no tardó en lanzar Visor, un dispositivo que recibió una buena acogida de la prensa, con dos versiones de gama baja más económicas que las de la propia Palm y un software PIM mejorado. Dos meses después del lanzamiento —señala Low End Mac— Handspring se había hecho ya con cerca del 28% del mercado de dispositivos portátiles y poco más tarde salía a bolsa.
Evolucionaba la competencia.
Y el sector.
A finales de 1998 llegaba al mercado tecnológico Qualcomm pdQ, la primera Palm PDA que integraba un teléfono. No mucho después salían a circulación el VisorPhone y Treo.
Los tiempos cambiaban y en 2003 Palm volvió a dar otros dos giros inesperados. O no. El primero fue la fusión de Palm y Handspring. La segunda, igual de trascendental y en sentido opuesto, la decisión de convertir PalmSource en una firma independiente. Hardware y software se dividían. Y la compañía, en cierto modo, retomaba el escenario que había marcado el desarrollo de Zoomer.
Los esfuerzos de Palm por seguir mejorando sus productos experimentaron un empujón con la nueva generación de hardware y Palm OS. Se sucedieron los Palm Tungsten, Zire, Treo —marca de Palm tras la fusión con Handspring—… y la compañía protagonizó incluso algún movimiento que aún hoy sorprende. Fruto de la decisión de 2003 que separó la rama de software y hardware, en 2006 se lanzó un Palm que en vez del OS de la casa incorporaba Windows Mobile 5.0: el Treo 700w.
Los tiempos seguían cambiando sin embargo y no mucho después, a principios de 2007, Apple presentaba iPhone y marcaba un antes y un después en la telefonía móvil. Palm dio la batalla con su Centro. En cuestión de unos años el mercado había dado un giro. Y con él el gusto, las necesidades y la atención de los clientes. Cada vez había menos compradores interesados en Palm PDA y las prestaciones que podía ofrecer. En 2008 había tiendas donde ya no se encontraban y a finales de ese mismo año la compañía anunciaba que ya no desarrollaría nuevas PDA convencionales.
Aquel gadget que años atrás había triunfado y ganado el favor del público, sencillamente, se vio desplazado por los nuevos móviles y su abanico creciente de funcionalidades.
Una de sus últimas PDA fue la Palm Tx, lanzada en 2005 y producida aún hasta principios de 2009. ¿Supuso eso el fin de Palm? No. La compañía pasaría por las manos de HP, su marca terminó en el poder de TCL y en 2018 revivió para presentar un pequeño dispositivo con Android.
Pero esa es ya otra historia.